Pues efectivamente es un nido a pie de árbol. La verdad es que pensé el primer día que lo vi, con la puesta de huevos, que la próxima vez no estaría, pero me equivoqué. Allí estaban, una semana después, recién nacidos cuatro polluelos que al escuchar el ruido que hice al intentar acercarme lo más posible, empezaron a abrir sus piquitos pidiendo comida.
No pude volver hasta pasados quince días y ya no logré ni tan siquiera volver a encontrar el nido y eso que había dejado una marca.
Anda que no tuviste suerte... Con dos semanas de diferencia yo ya pensaba que cualquier alimaña se los habría merendao.
ResponderEliminar¿Hoy no había libro? :)
Pues si que fue suerte lo del nido,,, lindos pajaritos,,,
ResponderEliminarNo consigo dominar el punto y aparte, y no me gusta que quede sin espacio los puntos aparte,,,
tendré que ponerlo en distinto dias, ains,(c.t.d.),,,
Dani, Se me olvido poner,,, Dani,,, etc,etc,,,
ResponderEliminar¡Qué preciosidad! Mi padre, en la casa del pueblo, se tiró tres semanas hasta que consiguió sacar a los cuatro polluelos de un nido de golondrina que tenía en la terraza pero ...¡son tan bonitos!
ResponderEliminarBaci e abbracci
Madame Ch, si que es verdad; no sé que tienen los pájaros, tanto nidos como cuando vuelan,,, debe ser la emoción de poder elevarse en el aire y ser tan ligeros,,, un abrazo.
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